Las cosas que hacemos para impresionar a alguien y que acaban siendo un completo desastre
Todos hemos estado allí: esa sensación de emergencia que nos hace actuar de maneras que normalmente no lo haríamos. Todo para impresionar a alguien que consideramos especial, ya sea una cita, un nuevo amigo o alguien importante en el trabajo. Pero demasiado a menudo, estas formas de impresionar terminan en un completo desastre que nos deja arrepentidos y con la sensación de que todo se podría haber evitado. En este artículo, vamos a explorar algunas de las cosas que hacemos para impresionar a alguien que pueden salir terriblemente mal.
1. Hablar sin parar
En una situación social, es fácil sentir la necesidad de llenar el espacio vacío de la conversación con nuestras palabras. Pero demasiado a menudo, hablamos tan rápido y tan fuerte que nos convertimos en la principal fuente de ruido del lugar. Nuestro objetivo era simplemente mantener la conversación en marcha, pero el resultado es exactamente lo contrario, nuestras palabras se convierten en un ruido incómodo que molesta más que impresiona.
2. Intentar ser lo que no somos
Es tentador convertirnos en alguien que no somos para impresionar a alguien que nos importa. Si te gusta alguien que parece estar interesado en un deporte que no has practicado nunca, ¿por qué no decir que eres un experto en ese deporte? ¿Si alguien en el trabajo parece pensar que los emprendedores son más inteligentes, por qué no fingir que tienes un negocio propio?
Inevitablemente, esta estrategia finge hasta que lo consigas y después no te permite ser realmente tú mismo. Además, en algún momento, tus mentiras saldrán a la luz y probablemente te encontrarás en una situación aún más difícil.
3. Hacer cosas extremas
Nos encanta pensar que somos aventureros, que hacemos cosas que nadie más se atrevería a hacer. Y cuando nos encontramos en presencia de alguien que admiramos, esa necesidad de impresionar puede llevarnos a hacer cosas peligrosas como saltar desde un puente o practicar algún deporte que no hemos practicado nunca antes.
El problema con esto es que el peligro de estas actividades puede superar cualquier impresión positiva que hayamos hecho. Después de todo, saltar desde un puente no significa que seas una persona interesante, solo significa que eres un idiota temerario.
4. No prestar atención
Puede que no parezca uno de los métodos más evidentes, pero no prestar atención a alguien es una forma muy común (y desastrosa) de intentar impresionar. Hay una falsa idea de que parecer desinteresados o misteriosos nos hace parecer más atractivos, más como el tipo duro o la chica imponente. Pero la realidad es que simplemente hacemos sentir mal al otro y no nos daremos cuenta de ello hasta que hayamos perdido su interés y su atención.
5. Intentar imponer una opinión
Es cierto que a veces queremos opinar sobre algo que realmente nos importa. Sin embargo, hay un límite muy importante que no debemos sobrepasar: intentar imponer nuestra opinión sobre alguien. No hay nada más molestoso que escuchar a alguien intentando abrumarnos con su propia opinión. Esto puede ser especialmente perjudicial si la otra persona tiene diferentes opiniones o, peor aún, si es el jefe.
6. Hacer preguntas incómodas
Hacer preguntas incómodas también puede hacer que la otra persona se sienta mal. Por ejemplo, no importa lo bien que conozcamos a alguien que acabamos de conocer, nunca debemos hacer preguntas sobre su salario, su vida amorosa o su orientación sexual. Esto es poco profesional y muy incómodo.
7. Ser grosero
Ser grosero no impresiona a nadie, ni siquiera a aquellos que pensamos que respetan esa actitud. La verdad es que nadie quiere pasar tiempo con alguien que es grosero y egoísta. Al final, esto siempre lo pagaremos con intereses.
8. Intentar ser gracioso
La comedia es una herramienta útil para establecer lazos con los demás, pero también es una técnica muy arriesgada. Lo que a ti te parece gracioso, a otros les puede resultar ofensivo o incómodo. Por lo tanto, siempre debemos tener precaución con lo que decimos. No es buena idea intentar hacernos los payasos si no estamos seguros de que la otra persona piense que somos divertidos.
9. Difundir chismes
Nos encanta sentir que estamos en el centro de la última novedad, que sabemos más que los demás. Sin embargo, esto no es una buena idea cuando se trata de impresionar a alguien. Difundir chismes puede hacernos parecer muy desagradables ante los ojos de otra persona.
Conclusión
En resumen, impresionar a alguien puede ser difícil, pero también es importante saber cuándo debemos establecer límites. Ser auténtico, ser amable y prestar atención a la otra persona son las mejores formas de impresionar a alguien. Y aunque a veces caigamos en la tentación de actuar de forma desesperada, debemos recordar que no es necesario convertirnos en alguien que no somos para impresionar a los demás. En última instancia, la verdadera impresión que hacemos en los demás es la imagen de nosotros mismos que proyectamos con honestidad y sencillez.